El actor había abandonado la actuación hace casi un año, aquejado de una afasia.

Las dificultades para la comunicación eran el síntoma de la dolencia recién diagnosticada

La familia del actor estadounidense Bruce Willis , de 67 años, protagonista de la saga de La jungla de cristal, Pulp Fiction o El sexto sentido, entre otras, ha informado de que ha sido diagnosticado con demencia frontotemporal.

Hace casi un año, Willis se retiraba de las pantallas por problemas de salud, más concretamente por una afasia, una enfermedad que afecta el habla.

La esposa del actor, Emma Heming Willis, ha publicado un texto en redes sociales en el que, junto a una foto de su marido en la playa, brinda a sus seguidores una actualización sobre el estado de salud del actor. Según relata, ahora los médicos le han proporcionado un diagnóstico más profundo de lo que está experimentando.

“Desde que anunciamos el diagnóstico de afasia de Bruce en la primavera de 2022, la condición médica de Bruce ha empeorado y ahora tenemos un diagnóstico más específico: demencia frontotemporal (conocida como FTD)”, ha explicado en la publicación.

“Desafortunadamente, las dificultades en la comunicación son solo un síntoma de la enfermedad que enfrenta Bruce. Si bien esto es doloroso, es un alivio tener finalmente un diagnóstico claro”, ha expresado su esposa en la publicación que ha sido compartida también por la exesposa del actor, Demi Moore.

Willis se hizo popular en España a comienzos de los ochenta gracias a la seri televisiva Luz de luna, junto a la actriz Cybill Sheperd, en el papel del detective privado David Addison.

También participó en taquillazos como Pulp Fiction, de Quentin Tarantino (1994); Doce monos (1995), de Terry Gilliam; El sexto sentido (1999), dirigida por M. Night Shyamalan, y Moonrise Kingdom (2012), dirigida por otro  director, Wes Andersoncompartiendo protagonismo con Bill Murray o Edward Norton.

En 2015 protagonizó la adaptación teatral de la novela Misery de Stephen King, saltando así a los escenarios de Broadway. La crítica teatral neoyorquina valoró muy negativamente su interpretación, tachándola de “inerte o vacía”. 

Desde entonces, su carrera se centró en cine de bajo presupuesto o serie B, algunas producciones directamente estrenadas en formato doméstico. Muchos de los títulos fueron crucificados por la crítica: en otras ocasiones su trabajo, enorme en volumen, pasó sencillamente inadvertido.